viernes, 10 de mayo de 2013

Creerá que un hombre puede volar: X-Men


Corría el ya lejano año 2000 (¡Duele decir esto!).

Finalmente, los ordenadores no se volvieron locos debido al tan cacareado efecto homónimo, por lo que la vida en occidente transcurrió dentro de los márgenes imaginables.

George W. Bush gana las elecciones en USA por la mínima, Bruce Dickinson vuelve a ser el vocalista de Iron Maiden, el Deportivo de La Coruña gana la liga de fútbol española, y la crisis económica mundial no estaba, aunque se la esperaba.

En el cine, Lars Von Trier ponía delante de una cámara a la islandesa Björk en Dancer in the dark, Aronofsky estrenaba Requiem for a dream, y la cinta Scary Movie ponía en cartel la primera de una saga de películas que llega hasta nuestros días. Y un tal Bryan Singer daba el pistoletazo de salida oficial a la actual fiebre de adaptaciones del cómic al cine con X-Men, que ha propiciado, entre otras cosas, que ya se pueda considerar un subgénero en sí mismo y que un servidor de ustedes tenga esta sección regular en este bendito blog.

Porque si bien podemos irnos hasta 1998 con Blade para encontrar el primer éxito importante en este tipo de adaptaciones desde la saga Batman de Burton/Schumacher, no fue hasta que Hugh Jackman lució camiseta de tirantes y garras por primera vez que Marvel dio un definitivo puñetazo en la mesa cinematográfica, después de traslaciones entre mediocres y vergonzosas de sus personajes a la gran pantalla. Y con razón, porque todo lo que podía salir bien en esta película salió bien.

Aunque la historia fuese más que sencilla (supermalos vs superbuenos y poco más) la cinta acabó siendo una agradabilísima sorpresa para los aficionados que ya se acercaban a las salas entre recelosos y esperanzados después de pasar por la traumatizante experiencia de ver a Batman con un traje con batpezones.

El reparto acabó encajando como un guante y sentó cátedra de la misma manera en la que Christopher Reeve lo hizo con Superman o Robert Downey Jr. con Iron Man. Patrick Stewart simplemente es Charles Xavier, Ian McKellen, aún pesar de las reticencias iniciales debido a su edad y condición física, acabó construyendo un Magneto perfecto (es lo que tiene ser un pedazo de actor como la copa de un pino), Famke Janssen interpretó a una muy convincente Jean Grey, Halle Berry entró de cabeza en el panteón del onanismo friki con su Tormenta y una Rebecca Romijn completamente desnuda (aunque pintada de azul) fue a hacerle compañía y nos hizo olvidar (a la fuerza) el típico vestido blanco que solía usar la Mística de los cómics.

La mayor controversia en torno al reparto estuvo en sus dos personajes, podríamos decir que protagonistas, ya que gran parte de la historia gira en torno a ellos, Hugh Jackman como Lobezno y Anna Paquin como Pícara.

Jackman como Wolverine y Paquin como Rogue.

Jackman es todo lo contrario al personaje que se traslada desde las viñetas: guapo, alto y simpático aunque en pantalla rebose mala baba. Y Paquin bueno... Mientras que la Pícara de los cómics es una señora hecha y derecha de muy buen ver y mejor palpar, cargada de iniciativa y mala leche, el papel interpretado por Paquin nos muestra a una jovencita desvalida y asustada ante sus poderes mutantes recién descubiertos. Jackman está claro que acabó convenciendo y aún hoy se nos hace raro verle en pantalla y pensar que en realidad, Lobezno es un señor muy bajito, muy peludo y muy mayor. En cuanto a Pícara creo que está bastante claro que , tal y como sucede en muchas de estas adaptaciones, el personaje es en realidad una mezcla de dos: la propia Rogue y Jubilee, por lo que se le puede perdonar fácilmente a Singer la licencia. Ah y Cíclope también andaba por ahí.

Singer acertó también en otro tema espinoso: el de los uniformes. Como podemos ver en cualquier Comic-Con, un tipo vestido con expandex amarillo (memorable la pullita que al respecto se inserta en la propia película) queda de todo menos convincente, por lo que se optó con muy buen criterio por el negro con detalles personalizados para cada personaje y la gente salió encantada.

(Descripción gráfica de lo que NO hay que hacer en el cine).

Porque para fidelidad al original ya llegaría el 2012 con los Avengers, cinta en la que  por cierto, Joss Whedon consciente de las limitaciones (y la cutrez) del traje del Capitán América opta acertadamente por mostrárnoslo sin capucha durante la mayor parte del metraje, recurriendo incluso a trucos de guión insertados con calzador para conseguirlo. Pero ya hablaremos de ello otro día.

El caso es que tras el estreno de la cinta que hoy nos ocupa, crítica y público dieron palmas con las orejas, los fans se reconciliaron con el cine y Marvel salió holgadamente de una situación de quiebra económica inminente.

Singer visualiza a Magneto.

Bryan Singer se convirtió en el nuevo pope de las adaptaciones cinematográfico-comiqueras (afianzándose con el estreno de la secuela) para abandonar ese puesto a más velocidad de la imaginable con la ya abordada Superman Returns.

Porque sí niños: antes de Nolan estuvo Singer.

Y el resto es historia hasta nuestros días, en los que a la hora de escribir este artículo tenemos fresca en la memoria y en la cartelera la tercera entrega de Iron Man y estamos a la espera del estreno en pocas semanas de la segunda parte de Thor y de una nueva película de Lobezno en solitario, amén de una nueva oleada de cine Marvel denominada fase 2 que se nos avecina en los próximos dos años.
Y así fue como se comenzó a poner fin a la hegemonía de DC en el cine, a excepción de la trilogía Dark Knight.

Y como de aquellos polvos vienen estos lodos, aquí estamos los DeCeítas mordiéndonos las uñas ante la inmimente llegada de Man Of Steel, que esperamos de el pistoletazo de salida a un universo DC cinematográfico cohesionado a imagen y semejanza de lo que han hecho nuestros queridísimos "rivales".

Pero esa es otra historia, y será contada en otra ocasión. Dentro de unos 5 ó 6 años aproximadamente.

2 comentarios:

  1. Me encanta y le da mucha objetividad que en este blog recuerden y tengan presente a producciones de Marvel. Es reconocer y ser objetivos. Es tener preferencias pero no tomarlo como una guerra de editoras. Gracias.

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    1. A tí, amigo. Efectivamente aunque seamos más "DCeitas" disfrutamos igualmente Marvel, Dark Horse o Mortadelo, pongo por caso.

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